miércoles, 2 de enero de 2008

Alicia en el país de la desesperanza


Vivo como tal Alicia en el país de las maravillas,
percibo la realidad desde un punto de vista inadecuado
donde los animales hablan, razonan
y los humanos sólo nacen, crecen, se reproducen y mueren.

Se siente en el aire ese aroma con sabor a dulzura y ese sabor
de olor nauseabundo en este paraje de fantasía
que me trae a la memoria aquellos momentos felices olvidados
en la mente de un Lirón.

Un sentimiento encontrado de impertenencia a esta dimensión
en el que ningún sueño se transforma en verdad
y donde el sombrerero loco o el gato de Cheshire carecen de magnífica locura
comparando el delirio de esta Alicia engullida por sus deseos de inexistencia
en este país maravilloso repleto de injusticias.

"Supuesta Alicia, pseudo Alicia...

Tu historia fue sólo un sueño que puede ser moldeable
Si vuelves a dormir bajo la sombra del mismo árbol
Volveras a cruzar la pequeña puerta
hacia el mar de capitán Do-do-Dogson
donde los granitos de arena que aportamos todos los animales
pueden formar una gran playa para enfrentar ese mar de desolación y agonía
formado a partir de tus lágrimas saladas cuando fuiste grandiosa.
Mi historia si es una larga y triste historia... Tanto como lo es mi cola
o mis ganas de vivir atrapado en las seis de la tarde.
Tu papel no es el de la falsa tortuga, ¿O quieres acabar transformada en un cerdito?
Y si todas las razones que te doy, no te dejan satisfecha,
¡Que te corten la cabeza! podría ser la respuesta a tus plegarias".

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