miércoles, 7 de enero de 2015

"Ya no más"

Reposando al costado de tu cama, te observé durante horas. Aunque era consciente de que ya no podías hablar y con mucho esfuerzo inhalabas y exhalabas con dificultad cada bocanada de oxígeno, tenía la certeza de que te aferrabas a las migajas de existencia que te quedaban.
Permanecías con los ojos fijos en un punto del techo, sin mirarme ni hablarme y, aún así, sentí una conexión perfecta... Las palabras estaban de sobra.
"Sí, sé que tu vida está podrida.... Pero sólo tenemos una para cada uno".- Pensaba, intentando miserablemente empatizar contigo, mientras tocaba tu mano izquierda.
"¿Aún quieres esta vida? ¿ De verdad?" .- Fue lo único que te dije en voz alta.
Fue entonces que vi por un momento que tu mirada distante se volvió hacia mí... Una mirada penetrante y suplicante...
"Podría colocar una cadena alrededor de tu cuello y atornillarla firmemente sobre tu piel...
Veré si puedo hacerla desaparecer para ti...
Aunque mi coraza se seque ante la ley del hombre, prometo complacerte."

Y así fue que decidí tomar ese crucifijo que tanto querías y colocarlo sobre tu cuello, bañado con gotas de mi propio sufrimiento...


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